Cerca del 60% de los expertos en transporte público de la región Europa, Oriente Medio y África (EMEA, por sus siglas en inglés) ven la electrificación de las flotas como la temática prioritaria para 2023 y los años siguientes. En este contexto, cada vez más flotas de autobuses en Europa están en camino de ser de cero emisiones.
En diciembre de 2022, Optibus realizó una encuesta en el sector sobre las expectativas y consideraciones relativas a los mayores retos para 2023 y los años siguientes; en la cual participaron más de 250 planificadores, programadores, gestores y profesionales de TI.
Los resultados de la encuesta reflejan una perspectiva global, que se puede leer en el Informe Global de la Industria; además de particularidades identificadas a nivel regional en cuanto a la priorización de los retos existentes en EMEA:
- Electrificación
- Inflación y encarecimiento de combustibles y energía
- Escasez de conductores
- Reformas gubernamentales
- Crecientes expectativas de los pasajeros
El siguiente artículo se centra en estos retos y los examina específicamente para el mercado español. Las consideraciones de este artículo también tienen en cuenta cómo el uso de la tecnología puede ayudar a superar tales desafíos.
La electrificación del transporte público se ralentiza
Los esfuerzos para lograr cero emisiones están impulsados principalmente por la
Directiva de la UE sobre la adquisición de vehículos limpios y libres de emisiones. Esa contiene repercusiones para todas las partes implicadas: Las autoridades públicas tienen que adaptar sus criterios en las licitaciones, y los operadores de transporte tienen que cumplirlos para ganar dichas licitaciones (en el caso de operadores privados) y para satisfacer las exigencias y evitar multas.
Según un informe de la ONG Transport & Environment solo 4 de cada 100 autobuses en circulación en España son eléctricos. Además, España ha incrementado las compras de autobuses diésel para transporte urbano. Solo ciudades grandes como Barcelona, Madrid y Zaragoza siguen apoyando la transición hacia flotas de cero emisiones con sus compras respectivas de nuevos vehículos.
Este fenómeno tiene que cambiarse en 2023 y los siguientes años, simplemente para cumplir con las normativas europeas y avanzar hacia un transporte público más accesible, sostenible y justo.
Inflación y el encarecimiento de combustibles y energía deprimen la confianza
Los operadores de transporte público y privado, así como las autoridades responsables del transporte público, se enfrentan a costes más elevados en muchos aspectos. Para los operadores de transporte, en particular, estos costes incluyen el aumento de los costes de explotación del combustible, pero también de la electricidad, así como los costes de mantenimiento y reparación.
Aún no está claro cómo afectarán la inflación y el aumento general de los costes al número real de pasajeros y, por tanto, a los ingresos. Los expertos económicos coinciden en que las empresas de todos los sectores pueden contrarrestar los efectos de la inflación, entre otras cosas, aumentando su eficiencia. El gran reto en este contexto es optimizar las operaciones para poder reducir los costes al mínimo necesario.
La escasez de conductores pone en peligro el servicio del transporte público a mediano y largo plazo
La falta de transportistas no solo afecta a España, es un problema europeo. “Hay un problema severo de falta de conductores y podemos quedarnos sin suficientes para cubrir todos los servicios”, afirma el presidente de Confebus, Rafael Barbadillo. Según la consultora Transport Intelligence, en España faltan unos 15.000 conductores profesionales, incluyendo tanto conductores de autobuses como de camiones de mercancías.
La ralentización de los exámenes de conducir y el incremento de la demanda de movilidad de mercancías por carretera han agravado el problema de la escasez de conductores profesionales en general en España. Además, sólo uno de cada cuatro conductores de buses en España es menor de 50 años, así que en una década se perderá más del 30% de esta fuerza laboral por falta de relevo generacional. En 2021 ya se quedaron sin cubrir 2.300 vacantes por falta de personal, lo que representa un 6% del total.
El Gobierno planea una Ley de Movilidad Sostenible y ampliará las ayudas al transporte público
Para poder ofrecer un transporte público de alta calidad, todos los implicados en el sistema deben aunar esfuerzos. En diciembre de 2022, el Consejo de Ministros dió el visto bueno al proyecto de Ley de Movilidad Sostenible que será remitido a las Cortes para su tramitación y aprobación en 2023.
La ley permitirá disponer de una herramienta para promover la descarbonización y digitalización del transporte, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Además, la norma regulará soluciones innovadoras como el transporte a la demanda, los coches compartidos, el uso temporal de vehículos o la regulación básica del vehículo autónomo, y fomentará la digitalización y la promoción de datos abiertos tanto de administraciones, como de gestores de infraestructura, operadores públicos y privados. Esta digitalización y la compartición de datos ayudará, entre otras cosas, a abrir nuevas oportunidades de negocios y a mejorar la toma de decisiones de todos los actores del sistema de movilidad.
El Gobierno también sopesa ampliar a 2023 las ayudas al transporte público con medidas para hacer frente a la crisis de precios provocada por la guerra en Ucrania.
El transporte público debe digitalizarse
Con la creciente disponibilidad de la tecnología en la vida cotidiana, los pasajeros esperan el mismo nivel de comodidad y previsibilidad del transporte público. Por tanto, una experiencia digital fluida es ahora más importante que nunca. Entre otras cosas, los pasajeros esperan que la información sobre horarios y cambios de ruta se comunique con claridad y sea fácilmente accesible. Los sistemas de venta de billetes también deben estar disponibles digitalmente y ser coherentes. El transporte multimodal e intermodal debe contribuir a una mayor flexibilidad, individualidad y mejor conectividad.
Los operadores de transporte tienen que digitalizarse en consecuencia para satisfacer las necesidades de los pasajeros y recopilar y proporcionar información en tiempo real.
Ahorro de tiempo y dinero gracias a la tecnología
El uso de datos, algoritmos y aprendizaje automático es una forma de abordar los problemas mencionados y también está ganando cada vez más terreno en el transporte público. Los algoritmos ayudan a automatizar tareas manuales, procesar grandes cantidades de datos con rapidez y precisión y hacer recomendaciones en tiempo real, lo que contribuye a una toma de decisiones más rápida y basada en datos.
Los datos demográficos ayudan, a planificar los servicios por parte de la autoridad de transporte público y, en combinación con otros datos históricos y en tiempo real, pueden aumentar la eficiencia de las redes y mejorar la calidad del servicio.
Las empresas de transporte pueden generar distintos escenarios basándose en algoritmos y adaptarlos en poco tiempo.
Las soluciones de software ayudan a crear y validar variantes de rutas y horarios rápidamente. Los horarios también pueden optimizarse en función de indicadores claves como la puntualidad, los costes, la eficiencia y la calidad del servicio. Además, proporcionan a los pasajeros información precisa sobre rutas y horarios, ya que pueden crear y mantener fácilmente GTFS para que el servicio se muestre también en aplicaciones ya en uso, como Google Maps. Así mismo, permiten la comunicación en tiempo real con los pasajeros para informarles sobre interrupciones del servicio, desvíos, tiempos de espera prolongados, etc.
Las soluciones que tienen en cuenta características como el estado de la batería de los vehículos eléctricos en tiempo real pueden ayudar a analizar rápidamente diferentes escenarios y crear programas más eficientes, que optimicen simultáneamente los costes de electricidad y los tiempos de carga reduzcan los costes de adquisición de nuevos vehículos.
La adaptación de los turnos de trabajo a las necesidades y preferencias individuales de los conductores puede resolver importantes retos, como la reducción de la fatiga y permitir a los operadores de transporte posicionarse como empleadores atractivos. Una programación más flexible no sólo tiene en cuenta la disponibilidad en tiempo real del personal de conducción, sino también las normas y reglamentos sindicales (por ejemplo, para los tiempos de descanso y las horas extraordinarias).
En última instancia, los sistemas digitales ayudan a crear informes automatizados cuyo análisis contribuye a determinar qué parámetros deben ajustarse y de qué forma para crear horarios más eficientes y cumplir así todos los requisitos de un transporte público justo, fiable y agradable para el cliente.