A nivel europeo se habla mucho de los buenos ejemplos de Madrid y Barcelona, donde el transporte público funciona de manera excepcional, donde las flotas avanzan sin pausa hacia las cero emisiones y donde la accesibilidad y sostenibilidad de la movilidad son aspectos esenciales.
Las ciudades grandes funcionan como emblemas para el transporte del futuro. En 2022, 4 de cada 10 ciudadanos en Madrid eligieron moverse en autobús, metro o tren, según un informe elaborado por la Asociación de Transportes Públicos Urbanos y Metropolitanos (ATUC).
La ciudad de Madrid es uno de los casos más emblemáticos en cuanto a la electrificación de flotas y sostenibilidad del transporte público.
Pero en el resto de España, donde pequeños núcleos de población dispersos ocupan el 84,1% de la superficie, la realidad es otra. Allí el transporte público todavía está en proceso de modernización y se tardarán algunos años en llegar al siguiente nivel.
Según Amaya Castillo García, consultora de Terrativa S. Coop. Mad., los vehículos privados son el medio de transporte número uno en las zonas no urbanas, creando problemas distintos a los que vemos en las regiones metropolitanas y centros urbanos.
Para enfrentarse a los problemas que se plantean sobre la movilidad en zonas rurales, hay que tener en cuenta cuestiones distintas a las que se contemplan en las ciudades más grandes. Es por ello que es necesario observar la situación desde otro punto de vista y enfatizar la consideración del tipo de territorio y las necesidades de las personas que viven en él.
La creación de un transporte público inclusivo, accesible para todos y presente en las zonas no urbanas es parte fundamental de los objetivos de movilidad en España. Se busca con ello responder a las necesidades reales de los ciudadanos, logrando mejorar significativamente la experiencia de los pasajeros, apoyando a su vez el cumplimiento de los requerimientos de la Unión Europea relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible en materia de movilidad.
Según la revista Nexobús, el uso del transporte público puede evitar la emisión de 2,5 millones de toneladas de CO2 al año y, aunque esto es un argumento más válido para los centros urbanos, también afecta directa e indirectamente a las zonas rurales y no urbanas.
Pero, ¿cómo se consigue?¿Cómo se puede apoyar la modernización del transporte público en España, especialmente en las zonas no urbanas?
El propio Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana manifiesta que “la digitalización y las nuevas tecnologías permiten diseñar nuevas soluciones de transporte adaptadas a estos entornos de baja demanda, más flexibles, más económicas, y que permiten resolver mejor las necesidades reales en la movilidad cotidiana de los ciudadanos en estos entornos.”
El uso de la tecnología y de los datos puede definitivamente contribuir a un transporte público más eficiente, sostenible y accesible para todos los ciudadanos.
El uso de la tecnología aporta a un transporte público más eficiente, sostenible y accessible.
Para lograr esto se han de tener en cuenta 4 aspectos fundamentales a la hora de hablar de la modernización del transporte público:
- Digitalizar los procesos de planificación y de explotación del transporte público: preferir herramientas y sistemas digitales sobre procesos manuales para eliminar errores humanos y facilitar el tratamiento de un elevado volumen de datos.
- Hacer uso de los datos disponibles: identificar qué datos se generan actualmente y gestionarlos de manera automatizada para poder interpretarlos y sacar conclusiones de ellos.
- Renovar las flotas: introducir poco a poco vehículos eléctricos o de cero emisiones a través de las nuevas adquisiciones de autobuses.
- Integrar transporte lineal con transporte bajo demanda: hacer uso del transporte lineal para las rutas más demandadas y en horas puntas y combinarlas con transporte bajo demanda - especialmente en áreas más rurales - los demás días y franjas horarias.
Digitalizar los procesos de planificación y de explotación del transporte público
Actualmente la planificación y explotación del transporte público requieren mucho trabajo manual, lo que resulta en mucho tiempo invertido para desarrollar e iterar los horarios y planes de transporte. Ese trabajo manual puede no siempre tener en cuenta la complejidad de los procesos, llevando en ocasiones a una planificación limitada y no siempre eficiente.
Usar herramientas digitales que trabajan con algoritmos para procesar grandes cantidades de datos y modelar procesos puede ser un primer paso hacia una movilidad más innovadora y real. También la Inteligencia Artificial (IA)l puede ayudar a optimizar planos gracias a la elaboración de diferentes escenarios - en menos tiempo que otro tipo de herramientas - e identificar el escenario más eficiente en cuanto al uso de distintos recursos.
Según el Institute for Business Value de IBM, la IA es un acelerador económico, correlacionándose positivamente con mejores resultados empresariales en ingresos, costes y rentabilidad. Más del 85% de los usuarios avanzados han conseguido reducir los costes operativos con el uso de la IA.
Hacer uso de los datos disponibles
Los operadores y agencias de transporte público recopilan una cantidad significativa de datos, ya sea a través de la emisión de billetes, la planificación de viajes o la gestión de flotas, pero a menudo estos conjuntos de datos carecen de estándares y conectividad entre sistemas, creando silos. Esto impide la automatización y la toma de decisiones basadas en datos, privando al sector de los beneficios potenciales de la tecnología impulsada por IA.
Las soluciones digitales no solo ayudan a recopilar y gestionar una gran cantidad de datos. La Inteligencia Artificial se alimenta de los datos, y los algoritmos permiten el análisis de estos en cuestión de segundos así, no solo reducen el tiempo en generar e iterar, por ejemplo, horarios, sino que también facilitan la toma de decisiones basada en datos, por ejemplo la identificación del escenario óptimo y más eficiente de una planificación.
Renovar las flotas
Según un informe de la ONG Transport & Environment solo 4 de cada 100 autobuses en circulación en España son eléctricos. Hasta la fecha, no han sido muchas las ciudades que han tomado acción en la transición hacia flotas de cero emisiones con sus respectivas compras de nuevos vehículos. De todas maneras, la Directiva de la UE sobre la adquisición de vehículos limpios y libres de emisiones contiene repercusiones para todas las partes implicadas: las autoridades públicas tienen que adaptar sus criterios en
las licitaciones, y los operadores de transporte deben cumplirlos para ganar dichas licitaciones (en el caso de operadores privados) y para satisfacer las exigencias y evitar multas.
El cambio de flotas tradicionales a flotas más sostenibles y limpias no tiene que ser radical. Se puede optar por una introducción gradual de vehículos limpios, sean vehículos eléctricos o de formas alternativas de propulsión. De todas maneras, los vehículos eléctricos alteran los procesos y la complejidad de la programación de la circulación y el servicio, al añadir aspectos como la capacidad de la batería o el tiempo de carga de la misma. Esto supera las capacidades de la planificación manual y hace necesario el uso de un software de planificación que pueda abarcar tanto las flotas tradicionales como las electrificadas y vincular ambos aspectos.
Integrar transporte lineal con transporte bajo demanda
La modernización del transporte público en España está en pleno apogeo, sobre todo en centros urbanos y metropolitanos. En las zonas no urbanas y más bien rurales, el coche individual sigue siendo la elección número uno en cuanto a medio de transporte. En muchos casos no hay elección y por ello es necesario plantear una solución.
Para estos casos se presenta como solución la combinación del transporte lineal con el transporte bajo demanda para así crear una red de transporte público eficiente y rentable para todos los actores. De esta manera no solo se reduce el coste de operación de autobuses (medio) vacíos sino también se permite a los ciudadanos más alejados de los centros urbanos hacer uso del transporte público y formar parte del cambio de la movilidad y de la protección del medio ambiente.
Teniendo en cuenta estos cuatro pasos no solo fomentamos el uso del transporte público sino también ayudamos a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible definidos por la Unión Europea, creando una sociedad más integrada, accesible y justa.